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viernes, octubre 17, 2025
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Economía circular: un camino hacia la sostenibilidad alimentaria

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Economía circular: un camino hacia la sostenibilidad alimentaria

En un mundo donde los recursos naturales se agotan a un ritmo alarmante, la economía circular emerge como una alternativa poderosa para repensar la forma en que producimos y consumimos. Este modelo busca romper con el sistema lineal de “tomar, hacer y desechar” que ha dominado las últimas décadas, y en su lugar, propone un ciclo donde los recursos se reutilizan, se regeneran y vuelven al sistema productivo. En el contexto de la industria alimentaria, la economía circular no solo es una estrategia inteligente, sino una necesidad urgente para combatir el desperdicio de alimentos y promover una mayor sostenibilidad.

Grandes cantidades de agua, tierra, energía y mano de obra se utilizan para cultivar, procesar y distribuir los alimentos que consumimos. Sin embargo, una parte significativa de esos alimentos termina en la basura. Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), cerca de un tercio de todos los alimentos producidos a nivel global se desperdicia, una cifra que pone en riesgo la seguridad alimentaria y exacerba el cambio climático.

La economía circular en el sector alimentario propone soluciones innovadoras para reducir el desperdicio en cada etapa de la cadena de suministro. Desde la agricultura regenerativa, que mejora la salud del suelo y captura carbono, hasta la reutilización de excedentes agrícolas mediante programas como el Programa de Recuperación de Excedentes Agrícolas (PREA), estos enfoques permiten que los alimentos se mantengan dentro del ciclo económico por más tiempo, beneficiando tanto al medio ambiente como a las comunidades vulnerables. Por ejemplo, los productos que no alcanzan los estándares estéticos del mercado pueden ser redistribuidos a personas en situación de vulnerabilidad, contribuyendo así a la reducción del hambre.

El papel de los consumidores también es fundamental en esta transición hacia una economía circular. Las decisiones que tomamos al momento de comprar, cocinar y desechar los alimentos tienen un impacto directo en el sistema. Adoptar hábitos como planificar las compras, almacenar correctamente los alimentos y donar los excedentes puede reducir significativamente el desperdicio en los hogares. Además, apoyar a empresas que promuevan prácticas circulares contribuye a fomentar una economía más justa y responsable. En definitiva, la economía circular en el sector alimentario no solo nos permite abordar uno de los problemas más graves de nuestro tiempo: el desperdicio de alimentos, sino que también promueve un modelo de desarrollo sostenible que cuida de los recursos naturales, reduce las emisiones de carbono y genera oportunidades económicas. Es un enfoque en el que todos ganan: el planeta, las empresas y, sobre todo, las personas que más lo necesitan. El momento de actuar es ahora, sigamos #JuntosContraElHambre

La desnutrición infantil: una crisis silenciosa

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La desnutrición infantil es una crisis silenciosa que afecta a miles de niños en Colombia. Cada semana, en promedio, 4 niños menores de 5 años mueren por desnutrición en Colombia, 392 mil niños menores de 5 años padecen desnutrición crónica y un niño por causa del hambre y la baja educación, sólo podrá alcanzar el 60% de su potencial. Este fenómeno es especialmente grave en zonas rurales y urbanas vulnerables, donde el acceso a alimentos nutritivos es limitado. En este contexto, el Banco de Alimentos de Bogotá juega un rol crucial en la lucha contra la desnutrición.

El Banco de Alimentos se ha comprometido a asegurar que miles de niños reciban alimentos balanceados a través de un programa de nutrición integral. Este programa está diseñado para brindar un acompañamiento nutricional que va más allá de la entrega de alimentos, ya que incluye el seguimiento a los casos de desnutrición y el trabajo conjunto con nutricionistas especializados. Además, se llevan a cabo capacitaciones a las familias para que, con los recursos disponibles, puedan ofrecer comidas más nutritivas y equilibradas a los más pequeños del hogar.

A lo largo del 2023, el Banco de Alimentos distribuyó más de 18 millones de kilos de productos a organizaciones sociales y familias en situación de vulnerabilidad. Esta acción no solo previene el desperdicio de alimentos en buen estado, sino que también garantiza que estos productos lleguen a quienes más lo necesitan. Un porcentaje significativo de estos alimentos está destinado a mejorar la dieta de niños y adolescentes, buscando reducir los alarmantes índices de desnutrición que se presentan en las zonas más afectadas del país.

Uno de los pilares fundamentales de este esfuerzo es la alianza estratégica entre el Banco y las universidades. A través de esta colaboración, estudiantes de nutrición y carreras afines realizan sus prácticas en las instalaciones del Banco, apoyando el monitoreo y la evaluación de los casos de desnutrición. Esto permite un diagnóstico más preciso y un tratamiento más eficaz para los niños afectados. Además, las universidades contribuyen con investigaciones que buscan mejorar las estrategias de intervención en comunidades vulnerables.

El Banco de Alimentos de Bogotá está trabajando activamente para cambiar esta realidad mediante la entrega de mercados que contienen alimentos ricos en nutrientes esenciales, como proteínas, vitaminas y minerales, que son vitales para el desarrollo infantil.

Este esfuerzo, sin embargo, no puede hacerse solo. El Banco de Alimentos de Bogotá invita a la ciudadanía y al sector privado a unirse a esta causa. Cada donación, ya sea en alimentos, recursos económicos o tiempo a través del voluntariado, contribuye a erradicar el hambre silenciosa que afecta a los niños del país. La misión de brindar seguridad alimentaria a los más vulnerables es un compromiso que necesita el apoyo de todos para seguir adelante. ¡Únete hoy!

Sembrando Solidaridad: jóvenes que transforman desde el Banco de Alimentos de Bogotá

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Voluntarios sena

El Banco de Alimentos de Bogotá trabaja incansablemente para reducir la brecha de hambre y vulnerabilidad en nuestra ciudad. Un pilar fundamental de esta misión es el vínculo que hemos construido con los estudiantes de colegios y universidades, quienes, a través de su servicio social y voluntariado, se convierten en agentes de cambio y en una fuerza clave para fortalecer nuestra labor. Estos jóvenes no solo suman manos, sino también corazones, unificando esfuerzos para acercarse a las comunidades más necesitadas.

Voluntarios

A través del programa de servicio social, los estudiantes de colegios tienen la oportunidad de realizar sus horas requeridas en nuestras instalaciones. Este espacio no solo les permite cumplir con una responsabilidad académica, sino que también les abre los ojos a la realidad de miles de familias que dependen de la solidaridad para tener acceso a una alimentación digna. Al participar en el proceso de alistamiento, clasificación y distribución de alimentos, estos jóvenes adquieren una conciencia social que los acompañará a lo largo de su vida.

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El compromiso del Banco de Alimentos no se limita a los colegios, sino que también se extiende a las universidades a través de un enfoque más técnico y especializado. El año pasado, nos apoyaron más de 58 universidades, con 132 programad diferentes y más de 200 profesores. En este sentido, hemos logrado articularnos con diversas instituciones académicas para integrar la docencia, la investigación y la proyección social en nuestras actividades diarias. Gracias a esta colaboración, los estudiantes universitarios pueden prestar asistencia técnica a las organizaciones sociales aliadas al Banco, ayudando a mejorar la atención que estas brindan a las poblaciones más vulnerables.

Este tipo de articulación permite que los estudiantes desarrollen habilidades profesionales en un entorno real de impacto social, mientras que las organizaciones beneficiarias reciben el apoyo que necesitan para optimizar sus procesos. Áreas como la nutrición, la logística, la atención psicosocial y la gestión de recursos son solo algunos ejemplos donde los estudiantes, guiados por sus universidades, hacen una contribución significativa, elevando los estándares de atención en las comunidades.

Además, este esfuerzo conjunto tiene un valor añadido: fomenta la creación de un tejido social más fuerte entre los jóvenes, las organizaciones y el Banco de Alimentos. El trabajo colaborativo entre todos estos actores contribuye a la creación de una red solidaria donde cada acción, por pequeña que parezca, tiene un impacto real en la vida de quienes más lo necesitan. Es así como construimos una sociedad más justa, equitativa y consciente de los desafíos que enfrenta.

En el Banco de Alimentos de Bogotá, seguimos creyendo que la juventud tiene el poder de transformar el mundo, y es a través de iniciativas como esta que fortalecemos nuestro compromiso con las comunidades vulnerables. Unificar esfuerzos con colegios y universidades nos permite no solo reducir el hambre, sino también formar a la próxima generación de líderes solidarios que continuarán luchando por un país sin desigualdades.

Bogotá entraría en escasez de alimentos: Corabastos reporta desplome en llegada de productos

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Bogotá entraría en escasez de alimentos: Corabastos reporta desplome en llegada de productos

La ministra de Agricultura, Martha Carvajalino, alertó sobre una disminución significativa en la llegada de camiones con alimentos a las principales centrales de abastecimiento del país debido a los bloqueos en las vías. La situación más preocupante se registra en Bucaramanga, donde la reducción en el suministro de alimentos ya es evidente. En Corabastos, la central más grande del país, se ha reportado una caída entre el 38% y 40% en la llegada de vehículos y alimentos.

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Frente a este panorama, el Gobierno ha solicitado a los alcaldes y gobernadores que implementen soluciones inmediatas, como circuitos cortos de alimentación y sistemas agroalimentarios locales, que permitan mitigar el impacto y evitar un posible desabastecimiento.

“Es fundamental garantizar el paso de la producción, especialmente en esta temporada de cosecha. Parte de la justicia hacia nuestros agricultores es asegurar que sus alimentos lleguen a los mercados sin trabas “,afirmó la ministra. 

Asimismo, destacó que el Ministerio está monitoreando de cerca el comportamiento de los precios de la canasta básica y pidió a los transportadores de carga facilitar la movilización de alimentos para evitar especulación y asegurar que lleguen a los puntos de distribución.

En este momento crítico, hacemos un llamado a la sociedad colombiana a no rendirse ante las dificultades y no caer en la indiferencia. Todos podemos ser parte de la solución, apoyando a los más vulnerables a través del Banco de Alimentos de Bogotá y colaborando en mantener el flujo de alimentos hacia quienes más los necesitan. La solidaridad es clave para superar estos desafíos y garantizar que los alimentos lleguen a los hogares de todo el país. ¡Juntos podemos marcar la diferencia!

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Inseguridad alimentaria en Colombia: una realidad alarmante

La inseguridad alimentaria es un desafío apremiante en Colombia, 7 de cada 10 hogares enfrentan dificultades para garantizar su alimentación diaria. Esta preocupante situación ha empeorado en los últimos años, en gran parte debido a la crisis económica y social exacerbada por la pandemia de COVID-19. Según los datos más recientes, el 82,9% de estos hogares pertenece al estrato 2, y el 84,6% al estrato 1. Además, el 48,3% de estas familias están lideradas por mujeres, quienes deben lidiar con la escasez de recursos y la falta de acceso a una alimentación adecuada.

El problema no se limita únicamente a la cantidad de alimentos disponibles, sino también a su calidad. De hecho, el 91,5% de los hogares en situación de inseguridad alimentaria reportan que no pueden acceder a una dieta adecuada debido a la falta de recursos. Esto incluye a aquellos hogares en los cuales el 79,6% de los encuestados afirma que ha tenido que reducir la cantidad de alimentos consumidos por falta de dinero. Esta situación es aún más grave en hogares con niños, donde los adultos reportan frecuentemente dejar de comer para que los más pequeños puedan alimentarse mejor.

Frente a esta alarmante situación, la labor de organizaciones como el Banco de Alimentos de Bogotá se vuelve crucial. Los programas del Banco no solo se enfocan en distribuir alimentos a los más necesitados, sino también en asegurar que estos alimentos sean nutritivos y adecuados para la población vulnerable que los recibe. A través de su programa de Nutrición Integral, el Banco de Alimentos trabaja con un equipo de nutricionistas que acompaña a las organizaciones aliadas para garantizar que los beneficiarios tengan una alimentación balanceada y segura.

Este programa también realiza un seguimiento constante de la salud nutricional de los niños y niñas beneficiarios, midiendo regularmente su crecimiento y detectando posibles casos de desnutrición. Además, el Banco de Alimentos organiza capacitaciones para fortalecer las capacidades técnicas de las organizaciones aliadas, asegurando que estas puedan brindar una mejor atención a las comunidades que sirven. Estas iniciativas son vitales, considerando que, en el 65,7% de los hogares en situación de inseguridad alimentaria, los ingresos son tan bajos que apenas cubren las necesidades básicas.

La dedicación del Banco de Alimentos de Bogotá no se detiene aquí. Con la ayuda de practicantes universitarios, se brinda un acompañamiento constante a las organizaciones y sus beneficiarios, fomentando un entorno de aprendizaje y mejora continua. Esta colaboración no solo enriquece la labor de las organizaciones, sino que también empodera a los jóvenes profesionales para que aporten soluciones innovadoras en la lucha contra el hambre.

En un país donde la inseguridad alimentaria afecta a la mayoría de los hogares vulnerables, la labor del Banco de Alimentos de Bogotá es más relevante que nunca. Es un llamado a la solidaridad y a la acción conjunta, porque juntos podemos marcar la diferencia y ofrecer un futuro más seguro y nutritivo para las generaciones que vienen. Invitamos a todos a unirse a esta causa y ser parte del cambio que Colombia necesita.

Programa de Nutrición Integral: alimentando el futuro de nuestros niños

nutrición Integral

En las zonas más vulnerables de Bogotá y sus alrededores, miles de niños, niñas y jóvenes dependen del alimento diario que reciben en jardines infantiles, escuelas y fundaciones para poder alimentarse. La realidad de sus hogares, marcada por la falta de recursos, hace que estos alimentos sean, en muchos casos, la única comida segura que reciben al día. El programa de nutrición integral del Banco de Alimentos de Bogotá nace de esta necesidad apremiante, con el objetivo principal de garantizar que estos menores tengan acceso a una alimentación balanceada y segura, que les permita crecer y desarrollarse de manera saludable.

Para asegurar que la nutrición que reciben sea óptima, el programa cuenta con un equipo de nutricionistas que acompaña de cerca a las organizaciones aliadas del Banco de Alimentos. Este equipo no solo supervisa la calidad de los alimentos que se entregan, sino que también brinda asesoría personalizada para asegurar que cada comida que llegue a los beneficiarios esté perfectamente equilibrada y adaptada a sus necesidades específicas.

El seguimiento del estado nutricional de los menores es otro pilar fundamental del programa. A través de evaluaciones periódicas de tallas y pesos, se identifican tempranamente casos de desnutrición, permitiendo una intervención oportuna y efectiva. Según la última Encuesta Nacional de Situación Nutricional, 560.000 niñas y niños menores de 5 años sufren de desnutrición crónica en Colombia. Según el Instituto Nacional de Salud (INS), la desnutrición infantil aumentó un 14% en 2023 con respecto al 2022. En 2023, de cada 10 niños menores de 5 años 1 sufrió de desnutrición crónica en Colombia. El Banco de Alimentos de Bogotá, con este programa, está comprometido a reducir estas cifras, proporcionando no solo alimentos, sino también un seguimiento integral que incluye educación y capacitación.

Las capacitaciones constantes a las organizaciones aliadas son esenciales para fortalecer sus capacidades técnicas y asegurar la sostenibilidad del impacto del programa. Estas formaciones permiten que las instituciones cuenten con las herramientas necesarias para manejar adecuadamente los alimentos, preparar comidas saludables y detectar posibles casos de desnutrición en sus beneficiarios.

Un aspecto innovador del programa es la inclusión de practicantes universitarios, quienes aportan conocimientos frescos y acompañamiento continuo a las organizaciones y beneficiarios. Estos jóvenes profesionales en formación no solo brindan apoyo técnico, sino que también se convierten en un puente entre la academia y la comunidad, llevando las mejores prácticas y conocimientos actuales a quienes más lo necesitan.

La desnutrición infantil es un problema que no podemos ignorar, y necesitamos el apoyo de todos para combatirla. Te invitamos a unirte al programa de nutrición integral del Banco de Alimentos de Bogotá. Con tu generosidad, podemos asegurar que más niños y niñas reciban la alimentación que necesitan para un desarrollo saludable y un futuro lleno de oportunidades.

¡Juntos podemos erradicar la desnutrición infantil en Colombia!