El aumento de la inflación en Colombia fue del 8.53% en el mes pasado según el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE). Esto no solo incrementa el precio de los productos de la canasta familiar, sino que hace que sea más difícil adquirir alimentos por la misma cantidad de dinero que se tenía previsto. En otras palabras, se disminuye la capacidad de consumo de miles de personas, sobre todo de aquellas que no tienen estabilidad económica o viven en situación de vulnerabilidad.
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La seguridad alimentaria de los hogares colombianos viene tambaleando de manera constante desde el inicio de la pandemia y ahora sigue en la cuerda floja por los efectos negativos que la misma ha provocado. La batalla contra el hambre se ha vuelto más ardua, complicada y compleja, a las familias con altos márgenes de pobreza no les alcanza para garantizar una alimentación saludable y adecuada. A dos años de la pandemia el hambre continúa siendo un desafío permanente.
El pasado 26 de abril la Encuesta Pulso Social, realizada por el DANE, lanzó cifras preocupantes: el 43,9% de los hogares afirmó que su situación económica es peor que el año pasado, el 63.2% de los y las jefes de hogar no tienen en este momento mayores posibilidades de comprar ropa, zapatos o alimentos y alertó que alrededor de 15 millones de colombianos comen dos veces al dia.
Otras cifras inquietantes:
- 6.296.356 personas se encuentran en pobreza monetaria extrema.
- El 10.8% de los niños menores de 5 años en Colombia tiene desnutrición crónica, lo que significa que hay más de 500 mil niños menores de 5 años con esta enfermedad irreversible.
- Un niño nacido en Colombia probablemente sólo alcanzará el 60% de su potencial de ingresoso total debido a una pobre alimentacíon y baja calidad educativa.
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En entrevista con El Espectador, Daniel Oviedo, director del DANE aseguró: “esto refleja el impacto que está teniendo la inflación en la economía colombiana, donde el encarecimiento de los productos que conforman la canasta básica familiar ha influido en que la mirada hacia el futuro sea un tanto más pesimista. A esto se suma la incertidumbre que generan los cambios electorales”.
¡ES HORA DE SER SOLIDARIOS!
Estamos en un momento donde ser solidarios es fundamental para ayudar a quienes no les alcanzan sus ingresos para suplir sus necesidades básicas, son miles de personas las que tienen que decidir si pagan el arriendo o compran víveres. Por eso, en el Banco de Alimentos de Bogotá hacemos un llamado a todas las personas y empresas para duplicar esfuerzos y apoyarnos. Conocemos la realidad de centenares de familias y organizaciones sociales, que día a día se enfrentan a la enorme dificultad de luchar contra la rudeza del hambre. ¡Acompáñenos para lograr que en Colombia la alimentación sea un derecho y no un privilegio!