El más reciente informe elaborado por la CEPAL, la FAO y el Programa Mundial de Alimentos (PMA) dejó al descubierto algunas de las principales causas que ponen en peligro el acceso de América Latina y el Caribe a los alimentos. La pobreza, los precios de los alimentos y el hambre son factores que influyen profundamente en esta problemática, además si se tiene en cuenta que no todas las personas que viven en la pobreza enfrentan hambre crónica, pero casi todas las personas que enfrentan hambre crónica también viven en la pobreza, entendemos que son conceptos altamente vinculados.
Millones viven con hambre y desnutrición porque simplemente no pueden permitirse comprar suficientes alimentos, no pueden permitirse alimentos nutritivos o no pueden permitirse los suministros agrícolas que necesitan para producir suficientes alimentos buenos por sí mismos. El hambre puede verse como una dimensión de la pobreza extrema. A menudo se le llama la manifestación más severa y crítica de la pobreza. No obstante, siguiendo lo anterior, hay que tener en consideración, que el hambre no es simplemente la falta de acceso a los nutrientes adecuados: es la falta de acceso a los nutrientes adecuados.
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Para prosperar, los humanos necesitan una variedad de alimentos que proporcionen una variedad de beneficios esenciales para la salud. Las familias que viven en la pobreza a menudo dependen de solo uno o dos alimentos básicos (como el maíz o el trigo), lo que significa que no obtienen suficientes macronutrientes y vitaminas esenciales y aún pueden sufrir los efectos del hambre. La falta de nutrición es especialmente importante para las mujeres embarazadas y lactantes y los niños pequeños: el apoyo nutricional durante el embarazo y hasta los cinco años puede ayudar a proteger a los niños durante toda su vida. Una nutrición adecuada reduce la probabilidad de enfermedades, mala salud y deterioro cognitivo.
Por otra parte, en América Latina es común percibir problemas sistémicos, como la infraestructura deficiente o la baja inversión en agricultura, lo cual a menudo impide que los alimentos y el agua lleguen a las poblaciones que más los necesitan. Por tal motivo, los organismos nombrados anteriormente, hicieron un llamado para fortalecer la producción agrícola y los sistemas de protección social y extender su alcance al área rural en respuesta al triple desafío que supone el combate a la inseguridad alimentaria, el aumento de la pobreza extrema, y el apoyo a la producción de alimentos en la región.
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