Las sequías en el Caribe Colombiano han impactado negativamente la producción agrícola, lo que ha llevado a una disminución en la disponibilidad de alimentos y, como resultado, un aumento en los precios afectando la seguridad alimentaria.
La región del Caribe enfrenta un nuevo desafío que amenaza la seguridad alimentaria de sus habitantes: los eventos climáticos extremos. En los últimos seis meses, los hogares de la región han reportado principalmente cambios en los patrones de lluvia y sequías, especialmente notables en áreas rurales.
Estas sequías han tenido un impacto significativo en la producción agrícola, reduciendo la disponibilidad de alimentos y aumentando los precios. Además, los cambios en el clima han perturbado los ciclos de siembra y cosecha, lo que ha generado pérdidas económicas para los pequeños agricultores.
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Esta crisis ha puesto en mayor vulnerabilidad a las zonas rurales, donde la dependencia de la agricultura y la falta de sistemas de riego adecuados hacen que los hogares sean más susceptibles a los efectos del cambio climático.
La inseguridad alimentaria resultante tiene consecuencias desalentadoras en la salud, educación y desarrollo de las comunidades afectadas. Los niños son especialmente vulnerables, ya que la desnutrición durante los primeros años de vida puede tener efectos irreversibles en su crecimiento y desarrollo cognitivo.
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