En un país de contrastes y desafíos como Colombia, el hambre sigue siendo una realidad dolorosa que afecta a millones de personas. A pesar de los esfuerzos por reducir la pobreza y mejorar las condiciones de vida, las cifras de desnutrición, hambre e inseguridad alimentaria continúan siendo preocupantes. Estas cifras frías se traducen en vidas humanas en peligro, las familias que sufren este flagelo son fáciles de identificar y se encuentran a nuestro alrededor: el vendedor ambulante, el reciclador, la empleada doméstica o las familias que vemos pidiendo comida en la calle, las que duermen debajo de los puentes o las que se suben al transporte público a pedir ayuda, seguramente están enfrentando adversidades silenciosas, y muy desgarradoras.
En el contexto de esta problemática nacional, Bogotá, la capital de Colombia, enfrenta desafíos particulares en términos de hambre y malnutrición. A pesar de ser una ciudad con una economía dinámica y una amplia oferta comercial, la desigualdad social y la falta de acceso a alimentos nutritivos siguen siendo obstáculos significativos para millones de familias. Aquí presentamos nuestro mapa del hambre en el país y nuestra ciudad:
Colombia
- 13 millones de personas en inseguridad alimentaria moderada o severa.
- 3.4 millones de personas pasaron hambre en el país.
- 246 niños murieron por desnutrición infantil durante el 2023.
- El 36.6% de los colombianos viven en pobreza monetaria.
- El 12,9% de las personas sufren los estragos de la pobreza multidimensional.
- En Colombia, se pierden 9,7 millones de toneladas de alimentos al año.
Bogotá
- 1.5 millones de personas sufren de hambre.
- 4.089 niños y niñas con desnutrición aguda en la ciudad.
- En la capital, se pierden 1.228.000 toneladas de alimentos al año.
Ante la inmensa necesidad de responder con acciones resilientes y mecanismos que permitan afrontar la realidad con contundencia, es fundamental trabajar en sinergia para frenar esta crisis alimentaria que enfrenta el país. Los efectos concadenados por la falta de alimentos son perjudiciales para vivir con condiciones de vida equitativas, por lo mismo la invitación es a que sigamos unidos en esta gran lucha contra el hambre y no dejemos que nadie sufra en silencio.
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