Es un hecho que la escasez de agua perjudica y amenaza la seguridad alimentaria mundial. No hay que olvidar que existe una relación directa entre la producción de alimentos y la disponibilidad de agua, y es que todos los alimentos que consumimos en nuestra vida diaria, necesitan una buena cantidad de agua para su producción. No obstante, la escasez de agua va más allá de la dificultad que exista para acceder a este recurso, también implica un problema socioeconómico. Hay muchos países con grandes reservas y fuentes de agua, sin embargo, la gestión pública de sus gobiernos no es suficiente para garantizar el recurso, asimismo, no cuentan con medidas de almacenamiento de alimentos o de métodos de ahorro de agua en el campo, en las industrias o en las ciudades.
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En varias partes del mundo hay registros de inseguridad alimentaria provocados por la falta de agua o por la baja calidad de la misma. Según el último informe de la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), el aumento de la demanda de agua será la mayor amenaza para la seguridad alimentaria en las próximas dos décadas. Hay que tener en cuenta que la demanda actual ya es preocupante y está reduciendo significativamente el acceso al agua potable.
Otro estudio publicado en One Earth también identificó a la escasez de agua como uno de los principales problemas de seguridad alimentaria, junto con la desigualdad de ingresos, las sequías, la migración , la crisis y volatilidad de los precios, entre otros. Por tal motivo, es importante una mayor colaboración entre los investigadores que estudian estos fenómenos, para que los responsables de tomar decisiones dispongan de información amplia y concreta que les permita solucionar las amenazas que surjan.