El inicio de un nuevo año trae consigo esperanza, propósitos y planes renovados. Sin embargo, para miles de familias en Bogotá, la realidad es distinta: el hambre no se toma vacaciones. Durante las festividades, mientras muchos celebraban con abundancia, las necesidades alimentarias de las comunidades más vulnerables no solo persistieron, sino que se intensificaron. Enero llega con un desafío aún mayor, y es el momento perfecto para renovar nuestro compromiso colectivo en la lucha contra el hambre.
En diciembre, los gastos adicionales y las celebraciones suelen aumentar las dificultades para las familias que ya enfrentan inseguridad alimentaria. Las compras navideñas y el enfoque en las festividades muchas veces dejan a un lado a las comunidades más vulnerables en una situación más crítica. Para ellos, el hambre no entiende de calendarios ni de temporadas: cada día es una lucha para conseguir un plato de comida.
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Además, el inicio del año presenta un reto adicional. Muchas personas y empresas enfrentan ajustes financieros tras las festividades, lo que puede reducir la cantidad de donaciones recibidas. Sin embargo, es precisamente ahora cuando más se necesita el apoyo ya que, para algunas familias, este es el momento más difícil del año. Por eso, es fundamental recordar que el hambre no espera y que cualquier contribución, por pequeña que sea, puede hacer una diferencia enorme.
El Banco de Alimentos de Bogotá sigue trabajando incansablemente para combatir esta crisis, distribuyendo alimentos a quienes más lo necesitan y buscando soluciones sostenibles para garantizar la seguridad alimentaria. Pero este esfuerzo no es posible sin el apoyo de personas, empresas e instituciones que creen en la importancia de la solidaridad. Desde donar excedentes de alimentos hasta contribuir con tiempo o recursos económicos, hay muchas maneras de comenzar el año marcando una diferencia en la vida de otros.
Iniciemos el 2025 con una meta compartida: garantizar que nadie en Bogotá se vaya a dormir con hambre. Este enero, invitamos a nuestros seres queridos o amigos a sumarse al esfuerzo del Banco de Alimentos de Bogotá, entendiendo que juntos podemos combatir esta problemática. El hambre no tiene vacaciones, pero tampoco debería tenerlas nuestra solidaridad. Hagamos que este año sea un año de esperanza y acción.