El gobierno nacional y su bancada han rechazado un proyecto de ley destinado a regular la adquisición de tierras por parte de extranjeros, con el propósito de restringir estas transacciones. En un apartado publicado por El Espectador el 10 de marzo de 2024, se explicaba por qué la compra de tierras por parte de extranjeros puede resultar perjudicial para el país.
Se evidencia un consenso general en contra de la extranjerización de tierras, dado que esto no contribuye a la soberanía alimentaria propuesta. La Silla Vacía plantea una perspectiva alternativa, al considerar la compra de tierras por parte de extranjeros y la soberanía alimentaria como términos sinónimos, pues esta última se basa en la producción de alimentos en las tierras nacionales para el consumo de la población.
Se ha presentado un ejemplo donde un grupo de menonitas adquirió tierras áridas e invirtió en su desarrollo, logrando obtener grandes cosechas al hacer que estas tierras fueran productivas. Sus ventas están orientadas principalmente al mercado interno y, en gran medida, al suministro de alimentos para animales.
Si se permitiera la adquisición de tierras colombianas y la inversión en su desarrollo, es posible que se observara una reducción significativa en el precio de alimentos como huevos y carnes, mejorando así la calidad de vida alimentaria en Colombia.